💆‍♀¿Profesores estresados o desilusionados?💆‍♂

Muchos profesores están en un estado de extrema fatiga.

No es por menos, con tantos informes, exámenes por corregir, tareas, trabajos, cierre del Bimestre, Reunión de Padres, alumnos indisciplinados, quejas de los padres, semanal, fechas conmemorativas, graduación.

¡Wow, cuánto Trabajo y los padres de familia creen que es fácil estar con mas de 35 niños en un aula!

En cierto modo, la fatiga que surge naturalmente durante el año escolar es incluso comprensible y manejable, después de todo tenemos el recreo y las vacaciones donde recargamos nuestras energías y volvemos con un nuevo espíritu.
Sin embargo, muchos maestros se están alejando del trabajo debido al estrés emocional porque presentan agotamiento físico, alto grado de irritabilidad y mal humor, y parecen estar al borde de un ataque de nervios.

El estrés aparece cuando estamos sometidos a un estado de gran esfuerzo y tensión. En este caso nuestro cuerpo reacciona presentando algunos síntomas como: dolores de cabeza, irritabilidad, cansancio, pérdida de memoria, tensión muscular, problemas psíquicos que desencadenan incluso depresión o pánico.

Maestros que han perdido por mucho tiempo la alegría y la voluntad de enseñar, porque miran hacia atrás y ven que el trabajo que han hecho hasta ahora no ha dado como resultado NADA, lo cual no valía la pena. Hay una total falta de motivación y un profundo agotamiento emocional. Esto es muy triste!

Este tipo de desilusión con el propio trabajo es también un trastorno psíquico conocido como "burn out", que en inglés significa combustión completa. Mientras que la depresión es una reacción del cuerpo a un estado de tensión, el "agotamiento" es un trastorno emocional.

Una profesión, cualquiera que sea, entre otras cosas debe traernos satisfacción personal, un sentido del deber cumplido, la certeza de que estamos marcando la diferencia en el mundo y en la vida de otras personas. Cuando no sentimos que estos objetivos se están alcanzando, entramos en un estado de desilusión y apatía.

Pero, ¿qué es lo que genera esta desilusión y apatía por lo que hacemos? En muchos casos he encontrado que los maestros están enfocando sus preocupaciones en cosas que no les corresponde resolver. ¿No está educando la Familia? ¿No los apoya el gobierno? ¿No está ayudando el gerente? ¿La violencia se está apoderando de la escuela?

Lo único que el Maestro puede controlar es TU actitud hacia todo esto. El Maestro puede cambiar por sí mismo y no tiene que esperar a que otros hagan algo. Es necesario que sólo hagamos nuestra parte, no de una manera mediocre, sino extrapolando nuestros grandes en busca de nuestros excelentes. Esto nos da la sensación de estar completos y hace que nuestras emociones sean inmunes, protegidas, contra cualquier tipo de amargura que encontremos.

Siempre comparo nuestro cuerpo como una casa, con varias habitaciones que necesitamos cuidar, cada una tiene su propia función. Cada uno de estos cuartos necesita ser cuidado, decorado, usado correctamente y limpiado periódicamente. Como en cualquier casa o ambiente que usamos, generamos basura que hay que recoger y tirar.

Con nuestro cuerpo necesitamos hacer lo mismo, tirar la basura emocional. Todo lo que interrumpe el paso de las cosas nuevas, todo lo que apesta, todo lo que nos empobrece como personas, todo lo que no es nuestro y a veces insistimos en llevar.

Recuerde que incluso puede almacenar la basura durante unos días antes de tirarla, lo que no puede hacer es guardarla durante semanas, meses e incluso años enteros. Tirar basura emocional requiere planificación, así que establezca su horario semanal para que haya tiempo de hacerlo. ¿Cómo? Practicar más deportes, tener momentos de ocio solo o en familia, viajar, divertirse, practicar un pasatiempo, cultivar relaciones que valen la pena, compartir más, quejarse de menos.

Una persona sin basura emocional es como una casa ventilada. Todo el que entra en contacto con ella pronto se da cuenta del perfume, de la luz natural, de la alegría de vivir. Todo esto es contagioso: sus colegas, su familia, los estudiantes, los padres de los estudiantes y todos los que la rodean.

La salud física y emocional del profesor se debe tener cuenta para una gestión eficaz del aula.

¿Qué hay de ti, qué estás haciendo para tirar tus desechos emocionales diarios?

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